La acogida es un trabajo que a veces realizan muchas chicas para poder redondear y tener un extra, especialmente durante el periodo universitario: no ser un compromiso fijo puede, de hecho, yuxtaponer el ritmo de estudio y las necesidades y la disponibilidad de todos.
Otros, en cambio, se apasionan por hacer de ella una verdadera profesión: le hemos aconsejado cómo empezar: ahora vemos cómo convertirnos en una azafata perfecta.
A veces ser una actividad temporal no significa que deba ser considerada como un trabajo improvisado: ser una azafata perfecta significa saber comunicarse, ya que el trabajo tiene un fuerte componente de imagen, y la niña o el niño (en el caso de un azafato) debe seguir unas reglas de conducta particulares para expresar mejor la identidad de la marca que usted está llamado a representar, así como el espíritu del evento que se requiere apoyo.
Hostess & Promoter selecciona y prepara a todos sus colaboradores para proporcionar perfiles profesionales válidos para cualquier tipo de evento. En particular, cada persona que trabaja con nosotros está bien informada sobre cómo debe llevarse a cabo la actividad en cada detalle: durante la fase de briefing, recibe un pequeño manual, que queremos compartir con ustedes, sobre cómo hacer, en general, el trabajo de azafatas.
Te lo proponemos en nuestro blog, para todos aquellos que se han acercado recientemente a este sector en particular, pero también para todos aquellos que ya trabajan allí y siempre quieren mejorar, por supuesto sin pretender agotar en esta pequeña lista toda la gama de habilidades necesarias:
- Una azafata perfecta da la bienvenida, asiste y guía al público durante un evento. Para ello debe ser educada, profesional y tener buenas habilidades de comunicación verbal y no verbal.
- Una azafata perfecta llega al trabajo a tiempo. Ser un trabajo ocasional, llegar tarde al evento podría poner en peligro la posibilidad de futuras colaboraciones.
- Una azafata perfecta sabe cómo presentarse. La comunicación siempre comienza con uno mismo, por lo que es necesario tener una buena apariencia y una vestimenta acorde con las directrices recibidas: cabello en orden, sin tatuajes, piercing o joyas visibles, así como es mejor evitar el esmalte negro o las gafas (son preferibles las lentes de contacto). Una buena comunicación empieza por la mirada: por esta razón, es obvio que las gafas de sol están completamente prohibidas.
- Una azafata perfecta sabe cómo comportarse. La comunicación, de hecho, continúa con su propia actitud: por esta razón ninguna azafata fuma (¡lo que siempre duele!) o come fuera del tiempo de descanso, ni habla por teléfono o envía mensajes de texto, (¡e incluso actualiza su estado en facebook!).
- Una azafata perfecta conoce el trabajo o la marca que está comunicando. No hay nada peor para una empresa que estar representada por personas que no están suficientemente informadas.
- Una azafata perfecta sabe como comunicarse. Aunque se trata de un trabajo de imagen, la azafata no significa relaciones públicas, por lo que no se recomienda dar una confianza excesiva a las personas con las que se relaciona durante el trabajo, así como proporcionar información personal o su compensación.
- Una azafata perfecta tiene un espíritu de iniciativa: es importante tener una actitud dinámica y proactiva y no esperar a que otros lo hagan.
- Una azafata perfecta está disponible y colabora para el éxito óptimo del evento: por lo tanto, es importante, por ejemplo, organizar los descansos con sus colegas para no dejar su estación sin vigilancia, así como para ser flexible a las necesidades del evento en sí.
- Una azafata perfecta colabora activamente con su agencia: por esta razón siempre estará en contacto con su persona de contacto para poder informarle si hay problemas, dificultades, o para proporcionar informes o documentación fotográfica si son requeridos por la propia agencia.
- Una azafata perfecta no necesita este decálogo. Está preparada profesionalmente y ya sabe cómo comportarse, consciente de que se confía en ella para el éxito óptimo del evento al que está llamada a colaborar.